El 8 de marzo es la fecha en la que más de 100 países de todo el mundo celebran las diversas victorias que las mujeres han logrado a lo largo de la historia relacionadas con sus derechos civiles y laborales.
En cuanto al mercado laboral, en los últimos 60 años las mujeres han logrado importantes resultados destacados a nivel mundial, ya sea en puestos de alta dirección en grandes empresas, en empresas, en política, en el sector económico y tecnológico, etc.
Sin embargo, incluso con todos los avances, en el siglo XXI todavía vivimos en un mundo donde algunas mujeres no tienen derechos civiles básicos y en muchos lugares el tema de género aún interfiere en la forma en que son tratadas en las organizaciones, con desventajas en su carrera, salarios más bajos que los hombres, prejuicios, etc.
Con el fin de deconstruir los estereotipos femeninos relacionados con la posición de la mujer en el mercado laboral, sus capacidades y desempeño, en este texto discutiremos los tres mitos que existen sobre la mujer y la negociación, así como qué es ser una mujer líder.
Los 3 mitos sobre las mujeres y la negociación
Según Andrea Schneider, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Marquette, en su artículo “Negociar siendo mujer”, el hecho de que la sociedad vea que las mujeres no tienen habilidades de negociación se debe a que las percepciones predominantes sobre el desempeño se basan en prejuicios de género.
1) Las mujeres no negocian
El mito de que las mujeres no negocian proviene de estudios realizados en el pasado que han demostrado que los hombres comienzan a negociar salarios 4 veces más que las mujeres, y cuando las mujeres lo hacen piden un 30% menos que los hombres.
Según Andrea Schneider, estos resultados se lograron a partir de estudios de laboratorio que tenían recursos limitados y que analizaban la confianza y la competitividad en lugar de una serie de otras habilidades de negociación igualmente importantes.
Estos estudios apuntan a los hombres como más efectivos a la hora de negociar, ya que tienen características de análisis que tradicionalmente se perciben como masculinas: agresividad y confianza.
Sin embargo, datos más recientes y más extendidos en el mercado laboral señalan que este pensamiento prejuicioso, que las mujeres no negocian, está totalmente equivocado, y que tienen la misma competencia negociadora que los hombres cuando son plenamente conscientes de la situación.
Una mayor transparencia en las empresas sobre salarios y beneficios hace que sea más probable que las mujeres soliciten y reciban este trato en igualdad de condiciones.
2) Las mujeres no deberían negociar
A las mujeres a menudo se las considera desagradables si son insistentes y / o mandonas. Según el autor, los estudios muestran que en lugar de discutir e insistir en las negociaciones, es más racional que se abstengan para evitar críticas y fracasos.
El acto de negociar es visto como un comportamiento asertivo, una característica que, según el propio mito, la mujer en esencia no tiene. Siguiendo el ejemplo de la negociación salarial, Andrea Schneider señala que ambos sexos consideraban que las mujeres que negociaban salarios más altos eran muy agresivas y las personas se mostraban reacias a trabajar con ellas en el futuro.
Este pensamiento de que las mujeres deben ser amables y colaboradoras, y cuando rompen el patrón, deben ser juzgadas y discriminadas, representa la forma en que nos socializamos. Las mujeres pueden ser amables y competentes, pero no pueden ser ambas cosas.
En 2003, el profesor Frank Flynn de Columbia Business School llevó a cabo el experimento “Mujeres y el laberinto de liderazgo: Howard contra Heidi” con Heidi Roizen, una gran ejecutiva de Silicon Valley.
El maestro dividió su clase de estudiantes en dos; para la primera mitad, se entregó un estudio de caso desarrollado por Heidi con su nombre en la portada; para la otra mitad, el mismo estudio se realizó con una pequeña diferencia: cambiar el nombre de portada a Howard, un nombre masculino.
Al final, tanto los estudiantes como los estudiantes señalaron que Heidi y Howard eran líderes igualmente competentes, pero que a los estudiantes les disgustaba Heidi, ya que encontraban a la empresaria muy agresiva y egoísta. A pesar de su gran éxito, no les gustaría trabajar con ella. Por otro lado, Howard fue visto como un gran colega y socio.
El experimento destaca la existencia de estereotipos de género que demuestran cómo las mujeres deben ser amables, cariñosas, serviciales, solidarias, ser juzgadas simplemente porque son mujeres y no por sus acciones. Howard, de hecho, era Heidi, la historia y los logros eran de Heidi, sin embargo, solo Howard fue plenamente respetado y aplaudido por la clase.
3) Las mujeres no pueden negociar
Este mito se basa en el supuesto de que solo la asertividad masculina puede lograr el éxito en una negociación, por lo que se entiende que las mujeres no pueden negociar tan bien como los hombres.
Sin embargo, el autor señala que hay 5 habilidades que contribuyen a la efectividad de la negociación, no solo una. Estos son Asertividad, Empatía, Flexibilidad, Intuición Social y Ética.
Asertividad
La asertividad es la capacidad de presentar argumentos sólidos para defender su punto de vista, enmarcándolos y organizándolos de una manera que los haga más persuasivos. Según la lista del autor, esta es la única habilidad que las mujeres consideran necesitadas, sin embargo, este argumento no tiene pruebas científicas.
Empatía
La empatía es la capacidad cognitiva de ver el otro lado incluso cuando no estamos de acuerdo con él. Según el autor, no hay evidencia de la diferencia de capacidad entre los sexos en esta habilidad en particular.
Flexibilidad
Capacidad para encontrar diferentes formas de conseguir lo que necesita y adaptarse a diferentes situaciones. Según el autor, no hay evidencia de una diferencia de capacidad entre los sexos en esta habilidad en particular.
Intuición social
La intuición social es la capacidad de construir una relación exitosa con su contraparte negociadora mediante la lectura de sugerencias verbales y no verbales. El lenguaje corporal y el contacto visual, por ejemplo, se reflejan para suavizar la interacción social de la negociación. Según el profesor Schneider, las mujeres tienen ventajas sobre los hombres a este respecto.
Ética
La ética, un tema que se ha discutido mucho en la actualidad, se refiere tanto a su reputación como a su confiabilidad en una negociación. Según el profesor Schneider, el interés de las mujeres en el capital social y en la construcción de relaciones se considera una ventaja.
Todas las habilidades mencionadas son necesarias para ser un buen negociador y, en general, grandes líderes y negociadores efectivos las aplicarán según sea necesario. Según la premisa del estudio, las mujeres son juzgadas como malas negociadoras por supuestamente carecer de asertividad.
Por otro lado, son más efectivos en otras habilidades esenciales en relación con los hombres, pero la preocupación de que no puedan negociar es inexistente.
Estos mitos existen porque en nuestra sociedad se penaliza a las mujeres cuando se comportan de manera que violan las normas de género. La mujer es capaz de negociar, ser líder y lograr grandes logros, ya que tiene características intrínsecas que la ayudan.
Con respecto a los puntos desfavorables, pueden trabajar para minimizar la reacción, cambiar las expectativas y utilizar todas las demás habilidades de negociación para ser eficaces.
En algunos lugares, las mujeres aún deben demostrar a diario que son tan competentes y calificadas como los hombres para poder cumplir con sus funciones, sometiéndose a veces a ocupar puestos que se consideran “masculinos” para establecerse en sus puestos.
La deconstrucción de estos mitos puede llevar generaciones, pero es importante asegurarse de que los conceptos formados se borren con la apreciación y la confianza de las que son capaces las mujeres.
Un paso vital que deben tomar las mujeres y los hombres es tomar una posición cuando son testigos de prejuicios de género y cuestionan los comentarios que se hacen sobre la apariencia o personalidad de una mujer, en lugar de sus habilidades y efectividad. Pregúntese: ¿las mujeres me molestan por razones que realmente importan?
Por Giovanna Lana Franco
International Sales Consultant at Soluparts