Los mercados de bienes y servicios se han integrado cada vez más, y hoy podemos pensar en la economía a nivel mundial. Con la reducción de las barreras comerciales, la expansión del comercio internacional ha sido fundamental para el desarrollo de los países y para la reducción de la pobreza.Según el informe de la Organización Mundial del Comercio, la cantidad de personas en todo el mundo que viven en la pobreza extrema se ha reducido en casi mil millones desde la década de 1990, una reducción que difícilmente se hubiera logrado sin la expansión del comercio internacional y esfuerzos para reducir las barreras a la integración del mercado.
Otro factor relevante es que el aumento de la participación de los países en desarrollo en el comercio internacional ha coincidido con una disminución igualmente pronunciada de la pobreza extrema en todo el mundo.
Según el informe, los países en desarrollo constituyen ahora el 48% del comercio mundial, frente al 33% en 2000. Con el comercio en aumento, el número y la calidad de los puestos de trabajo crecieron, lo que estimuló el crecimiento económico.
Un buen ejemplo de esta teoría es Bangladesh: desde que se convirtió en un país independiente hace 50 años y que tiene mayores acuerdos comerciales a su disposición, la tasa de pobreza ha bajado del 80% al 30%, el crecimiento económico ha mejorado las condiciones laborales e incluso las prácticas de preservación ambiental en el país.
Todavía hay desafíos
Entre las mayores dificultades encontradas en los países pobres se encuentran las zonas rurales más remotas, donde los recursos básicos son escasos, las regiones periféricas donde los conflictos afectan a toda la población – con casos de violencia, inseguridad, etc. – y obstaculizan el comercio.
También hay que señalar las cuestiones culturales de género: las mujeres tienden a estar en posiciones aún más vulnerables, y por eso son personajes fundamentales en la creciente inclusión de estos países en el escenario global.
Estas situaciones hacen que la población más pobre tenga menos probabilidades de beneficiarse de las oportunidades comerciales, y la diversificación de las exportaciones, al proporcionar medios de vida alternativos, puede ser una forma esencial de transformar esta realidad.
Oportunidad e inversión
La generación de mayores oportunidades comerciales y de inversión en estos países puede convertirse en una realidad a través de políticas públicas. La Unión Europea, por ejemplo, facilita el comercio con países menos desarrollados y en desarrollo a través del Sistema de Preferencias Generalizadas (SGP), que otorga reducciones e incluso acceso libre de aranceles a su mercado.
El programa tiene tres objetivos:
- Contribuir a la erradicación de la pobreza,
- Ampliar las exportaciones de los países más pobres y
- Promover el desarrollo sustentable.
El programa tiene éxito: las importaciones de los países beneficiarios están aumentando. Los principales productos importados en el marco del SGP son los textiles, el calzado, la maquinaria y los aparatos mecánicos. Entre 2014 y 2016, las importaciones de textiles, por ejemplo, crecieron un 24,5%, en comparación con el 6,5% de los años 2011 a 2013.
En el informe de la organización, es posible encontrar más evidencia del impacto positivo en el desarrollo económico y los estándares laborales, así como en los estándares ambientales de los países de enfoque del programa.
Los datos del Banco Mundial revelan que entre 1996 y 2016, el PIB per cápita se triplicó – de $280 a más de $960 dólares – en los países menos desarrollados, lo que refleja la efectividad de estas políticas públicas.
Además, como la pobreza y la informalidad generalmente van de la mano, la llegada de capital extranjero para acelerar la economía también ayuda a formalizar el empleo, haciendo que las fluctuaciones financieras sean menos frecuentes y, de esta forma, reduciendo la vulnerabilidad social de la población.
La importancia del sector privado
Cuando el comercio impulsa la diversificación económica y proporciona una mayor estabilidad macroeconómica, el resultado puede verse como positivo para las poblaciones más pobres, ya que la falta de un mercado competitivo a lo largo de la cadena de valor puede dificultar que esta una parte de la sociedad se beneficia de las oportunidades de compra y venta, que se vuelven más escasas, con menor diversificación de valores.
Así, la expansión de la base productiva a través del desarrollo del sector privado genera, además de más oportunidades de empleo formal (y en consecuencia, mayores salarios), la posibilidad de que la población tenga precios más atractivos para productos y servicios.
Visto de esta manera, la facilitación del comercio a través del sector privado es esencial para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
Ética en la cadena de suministro
Sin embargo, es importante recordar que el crecimiento económico ya no puede considerarse el único factor importante en lo que respecta al comercio.
Hacer más éticas las operaciones económicas es un tema ampliamente discutido por expertos y profesionales de diferentes campos. Si bien el objetivo es el beneficio, las preocupaciones sociales y medioambientales deben incluirse en el paquete.
La concienciación de las personas y la mayor visibilidad de las cadenas productivas a través de internet hacen que los consumidores demanden cada vez más información sobre las condiciones laborales y acciones sostenibles en los lugares donde se producen los bienes.
El comercio justo, que surgió en la década de 1960 y es tendencia en Europa, es un claro ejemplo de esta ética: en este sistema comercial, la intención es mejorar las relaciones comerciales entre los agentes de la cadena productiva. Su principal objetivo es incrementar el nivel de bienestar social de todos los involucrados, a través de reglas de negociación justas y transparentes.
Para contar con un departamento de compras más ético, las empresas deben ser conscientes de los impactos sociales que generan sus acciones, haciendo que temas como la sostenibilidad, las relaciones humanas y el bienestar sean una agenda prioritaria.
Empoderamiento femenino
Las mujeres tienen un papel destacado en términos de empleo y empoderamiento con los cambios provocados por el comercio. Muchas de ellas enfrentan restricciones específicas, como tener que quedarse en casa cuidando a sus hijos, tener maridos que no las dejan trabajar o incluso carecer de calificaciones porque se las ve solamente como amas de casa.
Cuando hay más inversión económica en un país, esta dinámica tiende a cambiar. Con más dinero circulando, existe la oportunidad de poner a los niños en guarderías o escuelas, volver a la escuela y conseguir un trabajo mejor. Así, se convierten en agentes fundamentales de cambio, impulsando aún más la reducción de las desigualdades sociales.
Innovación
Otro factor relevante en la inclusión de los países más pobres en el escenario del comercio internacional es el fomento de la innovación. El comercio es capaz de conectar empresas e individuos, que juntos aportan ideas y tecnología al sector, provocando el desarrollo y aplicación de nuevas metodologías, facilitando así el crecimiento de la productividad.
Pensando en la ganancia para otros sectores, los impactos de este desarrollo del comercio de productos y servicios pueden extenderse a la salud y la educación, por ejemplo, ya que son capaces de promover técnicas y conocimientos para ser utilizados por los más diversos ámbitos.
Para que este escenario se convierta en realidad, imagine una empresa con todo un aparato tecnológico que llega a un país donde hay personas con buenas ideas, pero sin el dinero para ponerlas en práctica, la combinación de estos dos actores sin duda traerá innovación.
Conclusión
Para liberar todo el potencial del comercio es necesario actuar en dos frentes: apoyar una economía mundial abierta y facilitar una mayor integración de los países en desarrollo adoptando un enfoque económico que incluya a los países y las poblaciones más pobres.
De esta forma, es posible ayudarlos a superar las restricciones que enfrentan debido a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Una opción es comprar materiales en estos países.
En este escenario, se requiere un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional, trabajando con el sector privado y los gobiernos para establecer e implementar políticas públicas y programas financieros que reduzcan los costos del comercio y fomenten la creación de más empleos y oportunidades.