El término transformación digital ya impregna todos los puestos, industrias y sectores. Aun así, las empresas afrontan el reto de adaptarse a esta realidad y emplear con éxito las nuevas tecnologías para encontrar una mejor forma de satisfacer las necesidades creadas por los complejos y rápidos cambios que viene afrontando el mercado.Estos cambios han creado nuevas oportunidades para la innovación, pero también han creado expectativas de los clientes increíblemente altas para la compra de productos y servicios, no sólo en relación con el precio y la calidad, sino también con el valor implícito en ellos.
La verdadera transformación es mucho más que contratar software y digitalizar documentos y transacciones, también implica nuevas habilidades digitales, repensar procesos y reaprendizaje.
Un programa de gestión del cambio que debe actuar de forma continua es fundamental. Si antes los planes de negocio tardaban 5 años en reestructurarse, hoy debes estar alerta para hacerlo en todo momento, ya sean pequeñas mejoras de procesos o incluso una gestión de riesgos más robusta y dinámica.
Digitalización y comercio internacional
El comercio digital no es, en sí mismo, algo nuevo. Las transacciones habilitadas digitalmente, tanto de bienes como de servicios, han sido parte del comercio internacional durante muchos años y, a menudo, plantean problemas iguales o similares a los de las transacciones no digitales.
Esto se debe a que el comercio digital no se trata solo de servicios prestados digitalmente, sino también del aumento del comercio tradicional (incluida la cadena de suministro) a través del aumento de la conectividad.
Sin embargo, la escala de las transacciones, la aparición de nuevos (y disruptivos) actores y modelos de negocios están transformando los procesos de producción y las industrias, incluidos muchos actores que anteriormente se vieron poco afectados por la globalización.
Según los autores López-González y Jouanjean, aunque no existe una definición única, reconocida y aceptada de comercio digital, existe un consenso creciente de que abarca transacciones habilitadas digitalmente en el comercio de bienes y servicios que se pueden entregar digital o físicamente en cualquier lugar del mundo, conectando empresas y clientes de varios países.
El comercio digital incluye transacciones de empresa a empresa, que abarcan cadenas de valor globales, así como transacciones de empresa a consumidor o de empresa a empresa a través de plataformas on-line, todas las cuales están respaldadas fundamentalmente por datos.
Seguimiento de digitalización global
Por supuesto, la digitalización es importante para el comercio y el comercio es importante para la difusión de las tecnologías digitales en todo el mundo. Sin embargo, medir las transacciones internacionales siempre ha sido difícil, debido a la falta de conocimiento de los equipos y la falta de pruebas sobre la mejor tecnología a utilizar, debido a la complejidad cada vez mayor de las cadenas de suministro.
Un análisis de escenarios facilitará la medición de estas transacciones, lo que le ayudará a determinar de manera más asertiva qué tecnologías deben utilizarse para optimizar las operaciones de su departamento.
Un número creciente de empresas ya forman parte de este movimiento, pero existen diferencias considerables entre industrias y países, y queda mucho por hacer para desbloquear el potencial del comercio digital en los países en desarrollo.
Algunos beneficios de la digitalización global
La digitalización está vinculada a una mayor apertura comercial, vendiendo más productos a más mercados, según López-González y Ferencz. Un aumento del 10% en la “conectividad digital bilateral” aumenta el comercio de bienes en casi un 2% y el comercio de servicios en más del 3%.
La digitalización también aumenta los beneficios que se pueden obtener de los acuerdos comerciales regionales (ACR). Cuando se combina con un RTA, un aumento del 10% en la conectividad digital aumenta las exportaciones en otro 2,3%.
Es indiscutible que la digitalización ha reducido el costo de participar en el comercio internacional, conectando empresas y consumidores, ayudando a difundir ideas y tecnologías y facilitando así la coordinación de las cadenas de valor globales.
Actualmente hay un aumento creciente de pedidos pequeños y servicios digitales de menor valor que se comercializan internacionalmente. Más servicios se han vuelto comerciables y los bienes y servicios se agrupan cada vez más en productos «inteligentes».
Estos cambios traen consigo nuevos desafíos, que van más allá de la gestión de las interrupciones digitales para garantizar que las oportunidades y los beneficios del comercio digital se compartan de manera más inclusiva.
La digitalización global ayuda a recuperar las economías pospandémicas
El efecto de la pandemia en el movimiento de carga internacional fue un factor importante que contribuyó a la disminución de más del 9,2% en el comercio mundial el año pasado (2020).
Así, las soluciones digitales son un elemento crucial para ayudar a incrementar la oferta y la demanda, por tres razones fundamentales:
- Los rápidos cambios en los programas de oferta y demanda de bienes requirieron el desarrollo de soluciones instantáneas para los comerciantes.
- El entorno comercial global obstaculizado y el aumento de los costos comerciales han llevado a los clientes a exigir un servicio comercial más continuo e integral de los equipos de logística. Las empresas ahora se apresuran a ofrecer soluciones puerta a puerta para una mejor experiencia del cliente.
- El aumento de los controles aduaneros requirió que las entidades comerciales revitalizaran la cooperación público-privada para permitir un comercio más fluido. Esto ha requerido una demanda sin precedentes de transferencia de conocimientos y creación de capacidad por parte del sector privado para ayudar a los gobiernos a adaptarse a los nuevos desafíos comerciales.
Si bien son beneficiosas, las soluciones digitales no son una fórmula milagrosa para el comercio y deben estar respaldadas por una acción política más amplia.
La necesidad de alineación del gobierno se vio agravada por la pandemia y la consiguiente atmósfera de desconfianza con respecto a la integridad de los bienes que ingresan a un país.
Próximos pasos
De cara al futuro, es imperativo pensar de manera disruptiva sobre cómo los bienes y servicios pueden moverse por el mundo y, a su vez, mejorar la resiliencia del comercio mundial. Las alianzas y los acuerdos ayudarán a unir los puntos para lograr resultados satisfactorios e inclusivos.
A medida que emerjamos en un nuevo entorno empresarial que se ha transformado por completo, unir a las organizaciones a través de una serie de iniciativas y habilitadas por servicios digitales, traerá retornos sostenibles a las comunidades y garantizará un futuro mejor para todos.
En resumen, ¿qué podemos inferir entonces sobre el comercio en la era digital?
La digitalización ha facilitado la participación en el comercio, la coordinación de cadenas de valor globales y la difusión de ideas, cambiando la forma en que las empresas se involucran en el comercio internacional.
El comercio digital no es nuevo, pero está creciendo y presenta nuevos desafíos, principalmente para que sus beneficios se compartan de manera más inclusiva, aumentando así el comercio de bienes y servicios en todos los sectores y permitiendo a los países extraer más beneficios de sus acuerdos comerciales.
Si bien las reglas y los acuerdos existentes de la Organización Mundial del Comercio cubren el comercio digital, existen dudas sobre qué tan bien adaptados a las nuevas realidades de la era digital están los marcos actuales.
Comprender los impulsores de este nuevo paradigma para el comercio y encontrar soluciones en diálogo con todas las partes interesadas será fundamental para que el comercio digital sea más inclusivo para todos.
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